La competencia desleal es un delito. Tener competidores es normal y saludable para la competencia y mejora del servicio entre empresas, pero lo que no puede pasar es que esa competencia sea ilegal.  La persona o empresa que sufre abuso por parte de su competidor puede y debe acudir a un abogado para procurar la condena penal de la persona que cometió el delito, así como tener una indemnización por daños materiales y morales por la pérdida de imagen y desvío del cliente.

Utilizar medios fraudulentos, engañar a los consumidores, hacer mal uso de una marca, nombre propiedad de otra empresa caracterizan la competencia desleal. La idea del “competidor desleal” es desviar clientes que fueron adquiridos por una ventaja.  Esto puede ocurrir a menudo en anuncios, electrónicos o impresos, en los que una empresa dice ser otra, o incluso con la comercialización de una copia de un producto patentado.  Esta conducta socava la credibilidad del mercado en su conjunto. El inventor y titular del nombre, marca o patente debe tener siempre la seguridad de que será remunerado por sus esfuerzos en investigación y desarrollo o creación y consolidación de una marca.